Al no haberse resuelto la situación de crisis seguridad en el Mar Rojo, las navieras siguen desviando por el Cabo de Buena Esperanza los buques de línea regular que operan entre Asia y Europa, lo que ha provocado un fuerte descenso de la capacidad de escala en los puertos principales del Mediterráneo oriental y central, mientras que los del Mediterráneo occidental han mostrado una mayor resistencia, sostiene el portal Mascontainer.com.
Según explican desde Drewry, tras un periodo inicial en el que no se cumplieron las fechas de llegada previstas, en el marco de la crisis, las escalas en el Mediterráneo occidental se han estabilizado en gran medida. Así, aunque el tráfico de contenedores cayó un 1,4% interanual en el puerto de Algeciras en enero de 2024, los volúmenes aumentaron un 11% interanual tanto en Valencia como en Barcelona. Por el contrario, los hubs del este y centro del Mediterráneo han experimentado fuertes reducciones en la capacidad media semanal de los buques durante el primer trimestre de 2024, desde el 18% en Gioia Tauro hasta el 31% en El Pireo.
En enero de 2024, los volúmenes manipulados en la terminal de contenedores del Pireo descendieron un 13% interanual, mientras que el tráfico en la terminal de contenedores del Canal de Suez cayó un 3%.
Servicios feeder más pequeños
Mientras tanto, la capacidad media semanal de las escalas de portacontenedores en los principales puertos del Mar Rojo ha descendido considerablemente. Aunque varios transportistas siguen prestando servicio en Jeddah y King Abdullah, han sustituido las escalas de buques de línea principal por servicios ‘feeder’ más pequeños desde los hubs del Mediterráneo que ofrecen conexión con el norte del Mar Rojo.
Dammam, en Arabia Saudita, ha recibido algunas escalas adicionales en el primer trimestre, pero el elevado crecimiento porcentual se debe en parte a la base relativamente baja del trimestre anterior.
Además, el puerto de Colombo, en Sri Lanka, se está convirtiendo en un hub de transbordo clave, que ofrece a los transportistas la oportunidad de transbordar carga entre los servicios que se desvían a través del Cabo y los servicios hacia y desde Oriente Medio. En concreto, ha registrado un aumento del 18% en la capacidad media semanal de los buques hasta marzo.