Casi cuatro años después de su aprobación, la ratificación del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur está de nuevo sobre la mesa. ¿Será 2023 el año en que por fin se concrete el tratado?.
La Unión Europea espera firmar el acuerdo de libre comercio con los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay) en julio, dijo el lunes en México el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans.Ese acuerdo se selló en 2019 tras 20 años de negociaciones, pero aún no ha sido ratificado y es objeto de fuertes críticas en países europeos. Los sectores agrícolas y los movimientos ecologistas de la UE cuestionan en particular la procedencia de productos resultantes de la deforestación de la selva amazónica, que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se propuso revertir desde su retorno al poder a inicios de Enero. Es lo que se conoce bajo el nombre de Pacto Verde, con efectos negativos en las principales exportaciones del Mercosur hacia la UE.
«Ojalá podamos hacerlo antes de la próxima cumbre con América Latina que se realizará el 17 y 18 de julio en Bruselas», dijo Timmermans a la agencia AFP en el último día de una gira por Brasil, Colombia y México.
«Me encantaría que pudiéramos hacer esto antes de que termine la presidencia sueca», insistió el vicepresidente de la Comisión Europea a cargo de las negociaciones climáticas internacionales.
La importancia de un acuerdo «rápido»
Los líderes europeos «tienen el deber urgente de lograr que el acuerdo UE/Mercosur llegue a la meta», agregó, y mencionó al canciller alemán Olaf Scholz, de gira por Argentina, Brasil y Chile, así como al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y al presidente francés, Emmanuel Macron, de quienes dijo que podrían visitar América Latina.
«Nuestro objetivo es llegar finalmente a una conclusión rápida», dijo el canciller Scholz durante una escala anterior en Argentina que, desde diciembre pasado, ejerce la Presidencia Pro Témpore (PPT) del Mercosur, mientras que en el segundo semestre del presente año, la PPT pasará a Brasil.
El acuerdo fue concluido en junio de 2019 después de veinte años de negociaciones, pero sin aprobación parlamentaria y con fuertes críticas de ambos lados.
«Creo que hay nuevos argumentos sobre la mesa», continuó Timmermans, quien se reunió en Brasil con la nueva ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, figura emblemática en la lucha contra el calentamiento global.
El compromiso del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, contra la deforestación es «auténtico», según el líder europeo: «Él no habría nombrado a Marina Silva ministra de Medio Ambiente si no fuera así».
Lula le dijo a Scholz este lunes que «cerraremos ese acuerdo, si todo sale bien, quien sabe, para fines de este semestre», agregando que Brasil espera introducir cambios, aunque prometió «apertura» en las negociaciones.
Alemania y Argentina
El sábado pasado, el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, se reunió en Buenos Aires con el presidente argentino, Alberto Fernández, y afirmaron la importancia de concluir el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. «Coincidimos en profundizar las relaciones comerciales bilaterales y para ello el acuerdo de la Unión Europea con el Mercosur tiene especial importancia. Nuestro objetivo es llegar a una rápida conclusión» de las negociaciones, declaró Scholz a la prensa tras el encuentro.
Fernández, a su vez, transmitió a Scholz sus conversaciones previas con el presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, y el propósito de los dos países sudamericanos de que, «de una vez por todas, podamos finiquitar» el acuerdo UE-Mercosur. Tras el regreso de Lula al poder en Brasil «estamos en mejores condiciones» para alcanzar un acuerdo, afirmó Fernández.
Alemania, principal socio comercial de Argentina en la Unión Europea con un intercambio de USD 3.600 millones en 2022, se ha interesado en el desarrollo y la exportación de energías renovables, informó la cancillería argentina.
Tras la reunión, los dos países firmaron un memorándum de entendimiento sobre transición hacia la energía limpia y una carta de intención para fortalecer la cooperación en el área de startups y economía del conocimiento.
Tras la victoria electoral de Lula el 30 de octubre, Alemania anunció que reanudará sus contribuciones al Fondo de Conservación de la Selva Amazónica congelados durante la presidencia de Bolsonaro, con un primer pago de 35 millones de euros.
«El gobierno de Bolsonaro promovió una ruptura en la política ambiental brasileña, cerró las puertas de la diplomacia ambiental», dijo a la AFP Roberto Goulart Menezes, del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia.
«El gobierno de Lula, por el contrario, retoma esta agenda y la ubica entre sus prioridades», agregó.
Lula declaró en Uruguay durante su visita ( miércoles, 25 de enero) que considera «urgente» la conclusión de ese acuerdo entre bloques. Esa urgencia encuentra eco en los sectores industriales de Alemania, que ven en el continente un prometedor mercado en los países sudamericanos, amenazado por la creciente presencia de China.
La poderosa federación alemana de fabricantes de máquinas-herramienta pidió antes de la partida de Scholz que el acuerdo «se aplique por fin tras años sin llegar a ninguna parte». «El tiempo apremia», insistió.
Las empresas alemanas buscan oportunidades de negocios tras las turbulencias en los suministros de materias primas provocadas por la invasión rusa de Ucrania.
Fernández dijo a Scholz que «Argentina quiere convertirse en un proveedor seguro de gas del mundo, también de litio y de hidrógeno verde».
El factor Lula, China y EEUU
Hasta hace unos meses, muchos habían perdido la esperanza de que el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur pudiera llegar a ponerse en práctica. El tratado, concluido en junio de 2019, después de veinte años de negociaciones, se estancó en punto muerto debido a la reticencia de países europeos como Francia, Austria e Irlanda a ratificarlo. Una de las razones fue el descontento con la política medioambiental del entonces presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Sobre la negociación de un protocolo medioambiental adicional vinculante, si bien en la versión de 2019 ya se habían acordado compromisos ecológicos, no incluía medidas de regulación de su cumplimiento.
Pero la victoria presidencial de Lula da Silva en Brasil, así como la invasión rusa en Ucrania y la consiguiente escasez de materias primas en Europa, han hecho aflorar nuevamente el interés de la UE en cerrar el tratado.
No obstante, la Unión Europea no es la única parte que pone condiciones. «Lula también se ha posicionado al respecto, y quiere más protección para la industria nacional y no abrir completamente el mercado en las licitaciones públicas», dijo a DW Nicolás Pose, profesor e investigador de Economía Política Internacional en la Universidad de la República, en Uruguay.
Otro de los factores que ha hecho que la UE decida mover sus fichas en el proceso es la presencia económica de China en la región del Mercosur, a la que Nicolás Pose califica de «notoria». Muchos países latinoamericanos tienen ahora a China como su socio comercial más importante, tanto para las exportaciones como para las importaciones. Aunque Europa sigue estando en una buena posición en lo que respecta a las inversiones en Latinoamérica, sobre todo cuando se trata del futuro desarrollo del comercio de litio, China es un socio relevante.
Según el experto del instituto GIGA (en español, Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales) Detlef Nolte, «el año pasado Argentina aumentó sus exportaciones de litio en un 200 por ciento respecto del año anterior, y los tres principales clientes fueron China, con un 52 por ciento, Japón con un 31 por ciento, y Corea del Sur, con un 13 por ciento”.
Sin embargo, «no debemos olvidar a Estados Unidos, que también quiere recuperar el terreno perdido en América Latina”, añade el experto.
El Mercosur quiere un “acuerdo revisado”
En el marco de su visita oficial a la Unión Europea, el canciller Santiago Cafiero mantuvo el miércoles 1 de febrero un encuentro de trabajo con el Vicepresidente y Alto Representante para la Política Exterior y de Defensa, Josep Borrell, junto al Vicepresidente Ejecutivo y Comisario de Comercio de la Unión Europea, Valdis Dombrovskis, seguida por una reunión de trabajo con la Comisaria Europea de Asociaciones Internacionales, Jutta Urpilainen.
Cafiero, acompañado por la Secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco, analizó junto a las y los funcionarios europeos el estado de la negociación del Acuerdo de Asociación entre el MERCOSUR y la Unión Europea y las cuestiones pendientes.
Cafiero y Todesca Bocco reiteraron a sus pares de la UE el compromiso argentino para continuar trabajando de manera conjunta, pero pusieron de relieve que los principales obstáculos para el avance de las negociaciones fueron planteados por la Unión Europea, en particular, a través de mayores exigencias en materia ambiental (Pacto Verde) que amenazan con afectar gravemente las exportaciones de los países del MERCOSUR. En ese sentido, el Canciller argentino resaltó “Queremos un acuerdo revisado con la Unión Europea, adaptado a un mundo y cadenas de valor en transformación”.
En particular, el canciller Cafiero transmitió como ejemplo concreto del perjuicio de estas medidas para el MERCOSUR, la próxima entrada en vigencia de la Directiva de Energías Renovables (RED II) que propone modificar el umbral de Cambio de Uso Indirecto de la Tierra (ILUC) afectando las exportaciones argentinas de biodiesel de soja, que en 2022 representaron ventas por más de 1800 millones de dólares, lo que representa alrededor del 20% del total exportado a la Unión Europea.
Este tipo de medidas, unilateralmente adoptadas por la UE, afectan el equilibrio de concesiones obtenidas y otorgadas por ambos bloques en 2019 que, en este nuevo contexto, queda obsoleto y demanda una revisión.
Cafiero remarcó que no puede soslayarse que se trata de un acuerdo entre dos bloques con marcadas asimetrías económicas y sociales que podrían acentuarse si el mismo no deviene en un desarrollo equilibrado. En tal sentido, expresó la necesidad de encontrar mecanismos de cooperación, inversión, transferencia tecnológica y financiamiento que recuperen el equilibrio perdido.