En América Latina, los puertos estás expuestos a riesgos tecnológicos hasta riesgos del medio ambiente relacionados a condiciones climatológicas.
Tradicionalmente los puertos han sido infraestructuras ubicadas en la ribera del mar o en los ríos, que reúnen las condiciones físicas dedicadas a las operaciones de tráfico portuario. Respecto al volumen que representa esta infraestructura estratégica, el transporte marítimo se encuentra entre el 80% y 90% del volumen del comercio mundial. Para los países con salida al mar, como es el caso de Uruguay, las rutas marítimas y las infraestructuras dedicadas al transporte por esta vía se relacionan además con su seguridad, desarrollo y prosperidad. Quince de los veinte puertos más importantes del mundo están en Asia.
Siendo un eslabón importante en la cadena de valor del traslado de bienes, crecen los riesgos a los que se enfrenta este tipo de infraestructura. Dicha materialización de amenazas supone un riesgo para los recursos, los trabajadores, y el espacio virtual que componen estas instalaciones. Una de las medidas adoptadas en Uruguay ha sido la adquisición de scanners para incrementar la seguridad y reducir el contrabando. Según el reporte de Seguridad en Infraestructuras Portuarias de América Latina, elaborado y publicado por Prosegur Research, los puertos son infraestructura estratégica que impulsa el comercio entre países.
Riesgos
Sin embargo, el país no está libre de los riesgos más comunes, que se clasifican de la siguiente manera:
Riesgos políticos y económicos: Por su actividad, los puertos están vinculados a cuestiones internacionales. Por un lado, las relaciones diplomáticas entre el país gestor de un puerto y el país del que proceden embarcaciones o mercancías que llegan a dicho puerto son esenciales para el tránsito marítimo. Así, los conflictos bélicos ocurridos a lo largo del mundo también inciden sobre los puertos ubicados en América Latina, a pesar de que ningún país de la región está directamente involucrado en estos.
Riesgos sociales: El activismo es la principal amenaza social para el funcionamiento del puerto, puesto que el desarrollo de movilizaciones sociales en torno a las infraestructuras estratégicas es habitual en Latinoamérica.
Riesgos tecnológicos: Por una parte, los puertos pueden configurarse como objetivo directo de cualquier ciberataque dirigido directamente contra los países en los que estos se encuentren o contra entidades multinacionales expuestas a ser ciberatacadas por la repercusión internacional de sus actividades.
Por otro lado, la información crítica que se alberga en los puertos y la cantidad de datos que disponen los dispositivos digitales de las instalaciones los expone a la actividad cibercriminal de grupos organizados o individuos que posteriormente busquen enriquecerse con dicha información. De acuerdo con CEPAL, la incidencia de ciberataques sobre puertos en Latinoamérica es muy alta, y en los últimos 8 años ha crecido 175%.
Riesgos del entorno: Los puertos están especialmente expuestos a las incidencias climáticas. La infraestructura portuaria debe adaptarse a las eventualidades de la localización en la que esté fijada. En el caso de Latinoamérica, la incidencia de este tipo de riesgos climáticos afecta de forma distinta dependiendo del lugar costero en el que se encuentre.
Riesgos para la seguridad física: El robo de carga o los secuestros de mercancía en puertos se configura como una de las principales actividades criminales a las que se expone el transporte logístico de la región.
En este sentido se destacan Brasil y México, donde en los últimos años se han producido casos de robos a contenedores ubicados en las zonas de almacenamiento de los puertos, actividad estrechamente ligada a la criminalidad organizada.
Desafíos y Seguridad híbrida
Es así como a nivel global, pero sobre todo a nivel regional, las infraestructuras portuarias presentan una serie de desafíos motivados por su configuración como instalaciones estratégicas y acrecentados por la tecnología y la economía, y es importante que las naciones, dentro de sus planes de desarrollo, los tomen en cuenta para asegurar que los puertos continúen siendo infraestructura que impulse el desarrollo del país y sus ciudadanos.
Es en este contexto que la Seguridad Híbrida se destaca como el pilar indispensable para enfrentar estos desafíos debido a que combina la integración de tecnologías avanzadas con la capacidad humana y la colaboración interinstitucional. La experiencia e intuición humana junto al poder del análisis de datos, inteligencia artificial, video vigilancia, drones y sensores de detección, permite mejorar la detección temprana y la respuesta rápida ante cualquier amenaza potencial. También permite anticipar los riesgos a los que está expuesta la infraestructura e implementar medidas de protección y mitigación que eludan o minimicen sus impactos.
Para consultar todo este estudio de Prosegur Research sobre “Seguridad en infraestructuras portuarias en América Latina” ingrese en este enlace: Seguridad en infraestructuras portuarias de América Latina (prosegurresearch.com).