El nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, abogó este miércoles en París por “una rápida ratificación” del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, frente a la ya conocida oposición del presidente francés, Emmanuel Macron.
Los países de la Unión Europea deben ratificar «rápidamente» el tratado de libre comercio entre la UE y los países del Mercosur, al que Francia se opone, pidió este miércoles en París el nuevo canciller alemán Friedrich Merz.
«El acuerdo con Mercosur debe ratificarse e implementarse rápidamente», dijo durante una conferencia de prensa junto al presidente francés que se opone al acuerdo.
“Ya conocen mi opinión personal: que el acuerdo con el Mercosur debería ratificarse y ponerse en marcha rápidamente, pero eso no quita que sigamos buscando otros socios comerciales. Apoyamos a la Comisión Europea (CE) en esa búsqueda, es el buen momento para firmar acuerdos de libre comercio”, declaró Merz, en una rueda de prensa conjunta con Macron celebrada en el Palacio del Elíseo.
Macron, por su parte, insistió en los mismos argumentos para frenar la ratificación del Mercosur, firmado por la CE en diciembre de 2024 y que engloba a las potencias agrícolas de Brasil y Argentina, además de Uruguay y Paraguay, más Bolivia, que está completando su proceso de adhesión.
En diciembre pasado, la Comisión Europea, en nombre de los 27 países de la UE, y Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, más Bolivia, por parte del Mercosur, anunciaron la conclusión de las negociaciones para un pacto que crearía un mercado de 700 millones de personas.
Acuerdo debe ser ratificado
El acuerdo aún debe ser aprobado por al menos 15 Estados miembros de la UE que representen el 65% de la población del bloque, y luego obtener la mayoría en el Parlamento Europeo. También debe aprobarlo cada país del Mercosur.
Francia lidera un grupo de países europeos que se oponen a la ratificación del acuerdo por el impacto que tendría sobre el sector agrícola de ese país.
De ratificarse, la UE, primer socio comercial del Mercosur, podría exportar más fácilmente autos, maquinaria y productos farmacéuticos, mientras que el bloque sudamericano podría vender a Europa más carne, azúcar o soja.