Rusia sigue adelante con un proyecto con China para hacer posibles los viajes de transporte de contenedores durante todo el año a lo largo de la Ruta del Mar del Norte (NSR).
Según Splash, Rosatom, que supervisa la NSR, y la china NewNew Shipping están formando una empresa conjunta para desarrollar una flota de cinco buques de carga de hielo que funcionarán durante todo el año. Es más, NewNew ya ha completado una serie de tránsitos árticos en los últimos dos años.
El presidente ruso, Vladímir Putin, lleva varios años pidiendo un tráfico mucho mayor a lo largo de la NSR, algo que ha recibido un mayor impulso desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania a principios de 2022, y el posterior cambio de las exportaciones para centrarse mucho más en una clientela asiática.
La ruta estándar del Canal de Suez entre Europa y Asia tiene una longitud de 21.000 km, mientras que la NSR tiene una longitud de 13.000 km y puede reducir el tiempo de envío en más de la mitad.
Sin riesgo de conflicto como en el Mar Negro, con un tiempo de viaje más corto que a través del Suez, y sin temor a la actividad pirata como en Bab el-Mandeb, está claro por qué.
El Ártico, reserva de hidrocarburos
A pesar de sus bajas temperaturas y su clima indomable, el Ártico alberga importantes reservas de recursos naturales, sobre todo en materia de hidrocarburos. De hecho, según el Arctic Institute, una ONG situada en Washington, esta zona geográfica concentra una de las más grandes reservas de petróleo y gas sin explotar. “Solo el Ártico ruso comprende más de 35,7 billones de metros cúbicos de gas natural y más de 2.300 millones de toneladas métricas de petróleo, la mayoría concentradas en las penínsulas de Yamal y Guida”, aseguran desde la organización no gubernamental estadounidense. Esto equivaldría a unos 16.000 millones de barriles de crudo solo en el área mencionada, superando, por ejemplo, a las reservas de Argelia o Brasil.
“A medida que el cambio climático continúa haciendo que el Ártico sea más accesible, el interés en los recursos energéticos de la región ha aumentado significativamente. La Unión Europea ha expresado su ambición de desempeñar un papel más importante en esta zona, citando su compromiso como una necesidad geopolítica en medio de una creciente competencia por los recursos y el surgimiento de nuevas rutas marítimas”, explicaron los investigadores del think tank estadounidense CSIS en un análisis a finales de enero.
En este sentido, desde la entidad estadounidense resaltan que el Ártico es fundamental para la “visión rusa de un orden global multipolar”. Asimismo, los investigadores de CSIS señalan que estos intereses se alinean con la estrategia global de China, que ve a Moscú como su “socio estratégico preferido en el Ártico”, y ha aumentado sus inversiones en la región hasta unos 90.000 millones, según el Gobierno de Estados Unidos. Un ejemplo de esto es el compromiso que hizo en 2016 la empresa china Polygroup para invertir unos 300 millones de dólares en la provincia de Murmansk, con el objetivo de desarrollar terminales portuarios e infraestructura para minería de carbón.
El calentamiento global también ha jugado un papel clave, ya que ha facilitado que las naves rusas transiten por rutas que antes eran inaccesibles por el hielo. Estos trayectos ya están siendo utilizados por Moscú para facilitar los envíos desde el oeste de su territorio hasta China o India. En contraposición con la ruta tradicional (que involucra navegar por el mar Negro, el Mediterráneo y luego el océano Índico), los barcos ahora parten desde el mar de Barent y surcan aguas territoriales rusas por el norte hasta el Pacífico sur en menos días.
Energía para Asia
Pekín viene hablando de una “Ruta Polar de la Seda” desde por lo menos 2018. En este contexto, Moscú ha canalizado inversiones de este país para desarrollar su infraestructura en la región ártica y potenciar sus exportaciones, sobre todo después las sanciones occidentales por la invasión a Ucrania. Un ejemplo de esto es Arctic LNG2, un proyecto de la empresa rusa Novatek para la producción de gas natural licuado (GNL) en la península de Guida (en Siberia).
En una presentación oficial, Novatek (que es el principal exportador ruso de GNL) enfatiza que Arctic LNG2 es capaz de producir 19,8 millones de toneladas métricas de gas al año y que “garantizará una estructura de productos de bajo coste y máxima competitividad en los mercados de GNL”. Los rusos poseen el 60% de esta terminal, mientras que las chinas CNOOC y CNPC tienen cada una un 10% respectivamente. Un consorcio japonés cuenta también con un 10% adicional.
Otro ejemplo de la presencia de Pekín es Yamal LNG, el proyecto de extracción de gas natural más grande de Rusia, que está ubicado en la península del mismo nombre (también en la parte siberiana del océano Ártico). Esta iniciativa está dominada principalmente por Novatek (que tiene el 50,1%), pero también participan las empresas chinas CNPC (20%) y Silk Road Fund (9,9%). Según reportaron en septiembre de 2023, desde su apertura en 2017 estas instalaciones ya han producido más de 100 millones de toneladas de gas.
Novatek también esta involucrada en la construcción del LNG Construction Center, ubicado en la región de Murmansk (misma provincia donde Polygroup construyó un puerto). Según la empresa, esta es “una instalación clave para la industria de fabricación de equipos de GNL que está surgiendo en Rusia”, ya que permite la construcción de estructuras elementales y la fabricación de módulos a gran escala. “Más de cien fabricantes rusos participaron en la creación del centro de construcción de GNL, y algunos de sus productos de alta tecnología se desarrollaron específicamente para el proyecto y son únicos en Rusia”, explica un documento oficial de Novatek.
Cabe destacar que el gigante energético francés TotalEnergies ejerce una posición bastante controvertida en esta situación. Total posee el 10% de Arctic LNG2 y ha argumentado razones de “fuerza mayor” para no salirse del proyecto a pesar de las sanciones. Asimismo, tendría una participación del 20% en Yamal LNG. A este respecto, la agencia Bloomberg informó a finales de febrero de que los franceses tienen un contrato a largo plazo para comprar a Yamal cuatro millones de toneladas anuales de GNL hasta 2032.