El Canal de Suez facilitó el tránsito del muelle flotante Dourado, transportado desde Singapur hasta Turquía entre el 7 y el 8 de noviembre. La estructura, de 450 metros de longitud total y 90 metros de ancho, se convirtió en la unidad flotante más grande que ha atravesado la vía marítima remolcada por tugs (remolcadores). El muelle flotante de 91.000 toneladas y 450 metros de longitud atravesó el Canal de Suez en una operación que requirió planificación técnica detallada, equipamiento especializado y coordinación logística sin precedentes.
El almirante Ossama Rabiee, presidente de la Autoridad del Canal de Suez (SCA), señaló que el tránsito del Dourado fue considerado una operación no convencional debido a la envergadura de la estructura y su falta de propulsión propia. Para garantizar su éxito, la operación se planificó minuciosamente desde semanas antes, con varias fases clave. En primer lugar, el Centro de Monitoreo de Navegación desarrolló un plan detallado de tránsito, que fue complementado por simulaciones y análisis en la Academia de Simulación y Entrenamiento Marítimo de la SCA. Posteriormente, un equipo de pilotos y expertos en remolcadores llevó a cabo una inspección inicial del muelle flotante en la zona de anclaje de Suez, evaluando las medidas de seguridad necesarias para la travesía.
Una operación que desafió los límites del canal
El paso del Dourado fue posible gracias a las mejoras implementadas en el canal tras su reciente expansión en el sector sur. Estas obras aumentaron la anchura útil de la vía de 70 a 110 metros en su tramo más crítico, lo que permitió gestionar estructuras de mayor envergadura. Sin embargo, la travesía del Dourado exigió maniobras de alta precisión y un monitoreo constante de las condiciones ambientales, incluidas las corrientes y los vientos, para evitar desvíos en su eje de navegación.
El convoy del Dourado avanzó a una velocidad máxima de 4 nudos, un límite impuesto para garantizar la seguridad de la operación. La estructura fue escoltada por un equipo integrado por dos remolcadores de Singapur, el Hulk II y el Maverick 1, que se posicionaron en la parte delantera, mientras que cinco remolcadores de la SCA ofrecieron soporte en los flancos y la retaguardia. Además, un bote guía lideró el convoy, en una operación que involucró a 16 pilotos del canal y 10 maestros de remolcadores.
Un tránsito de 24 horas con desafíos técnicos
El tránsito del Dourado formó parte de un convoy norte y requirió un total de 24 horas para completarse. Cada etapa de la travesía fue seguida de cerca por los equipos de la SCA, que trabajaron para garantizar que la estructura mantuviera su estabilidad durante todo el trayecto. A pesar de las condiciones mejoradas del canal gracias a la ampliación, el tamaño del Dourado representó un desafío técnico que solo pudo ser superado gracias a la experiencia de los pilotos y la coordinación de los equipos de remolque.
El almirante Rabiee destacó que esta operación pone de manifiesto la capacidad del Canal de Suez para gestionar tránsitos de gran complejidad, consolidando su posición como una infraestructura estratégica para el comercio marítimo global. El paso del Dourado no solo resalta la relevancia del canal tras su modernización, sino que también subraya su adaptabilidad para atender las necesidades de embarcaciones y estructuras cada vez más grandes y sofisticadas.