La Prefectura Naval Argentina (PNA) interceptó el 14 de abril una embarcación de origen chileno en la zona económica exclusiva. El navío navegaba a velocidad reducida en aguas argentinas y sin autorización previa. El barco había zarpado desde las Islas Malvinas y se dirigía al Puerto de Montevideo, en Uruguay.
El incidente ocurrió en el alta mar del Atlántico Sur, a 245 millas de la costa patagónica argentina. El navío chileno resultó detenido (y multado) por la autoridad marítima argentina mientras asistía a un pesquero taiwanés el “Am Fong número136”.
Mientas Cancillería y Prefectura realizan averiguaciones en torno a la extralimitación del navío de bandera chilena, el ministro de Relaciones Exteriores de Gabriel Boric ofreció este viernes declaraciones a medios locales sobre la polémica. “Es un problema entre un armador privado y el Estado argentino, por la aplicación de una legislación que objeta este armador. Este no es un caso único, han habido algunos casos anteriores en años anteriores”, simplificó Alberto van Klaveren.
Dijo además que en la administración Boric están “preocupados con el tema” y entablaron conversaciones con la Argentina para solucionar el conflicto. Aclaró sin embargo que “no es un problema específico de la Argentina con Chile”. Consultado sobre si calificaría de “hostigamiento” la legislación local que restringe el acceso a Zona Económica Exclusiva del país, Van Klaveren sostuvo que no, pero reparó: “Tenemos una diferencia con Argentina sobre el alcance de este decreto”.
Los detalles del descubrimiento
A través de un comunicado, dado a conocer hace diez días, la PNA informó: “Como parte del trabajo que realiza la Prefectura Naval Argentina, como Autoridad Marítima nacional, para vigilar y controlar los espacios marítimos del país, su guardacostas GC-28 Prefecto Derbes, en colaboración con sus Servicios de Tráfico Marítimo y de Buques Guardacostas”.
“El hecho fue posible gracias al monitoreo permanente que realiza la Institución combinando patrullajes marítimos, aéreos y electrónicos para proteger los intereses marítimos argentinos. En ese sentido, además de la presencia en el vasto territorio marítimo, desde la Dirección de Tráfico Marítimo, Fluvial y Lacustre, se efectúa un seguimiento de los buques a través del Sistema Guardacostas, una moderna plataforma tecnológica”, destacan a continuación.
El «Beagle» y el «An Fong N° 136»
“Con ese contexto, la Fuerza advirtió que dos buques (Beagle, de bandera chilena, aparentemente remolcando al pesquero ‘An Fong No.136′, con bandera de Taiwán) navegaban a velocidad reducida dentro de la Zona Económica Exclusiva del país, a la altura de la ciudad de Comodoro Rivadavia, a 245 millas náuticas de la costa.
Las embarcaciones mencionadas presentaban una particularidad: haber zarpado de las Islas Malvinas simultáneamente, con rutas idénticas. Esto sugirió a las autoridades que el remolcador podría estar prestando asistencia al buque pesquero ‘An Fong No.136′ (IMO 9777979)”.
A lo largo del documento, la PNA indica: “Cabe destacar que, de acuerdo al decreto 256/10, concordante con la Ordenanza 01-10 de la Prefectura, todo buque o artefacto naval que se proponga transitar entre puertos ubicados en el territorio continental argentino y puertos ubicados en las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, atravesar aguas jurisdiccionales argentinas en dirección a estos últimos y/o cargar mercaderías a ser transportadas en forma directa o indirecta entre esos puertos, deberá solicitar una autorización previa expedida por la autoridad nacional competente”.
En consecuencia, las fuerzas federales notificaron a los capitanes de los buques infractores por “incumplir” la mencionada norma.
Cambios en el patrullaje
El martes 26 de marzo de este año se había detectado un buque chino. El navío estaba 12 millas adentro de la Zona Económica Exclusiva a la altura de Caleta Olivia, en Santa Cruz. No encontraron mercadería derivada de la pesca ilegal y por tanto quedó liberado. El ministro de Defensa, Luis Petri, sostuvo que por órdenes del presidente Javier Milei se reforzó el control y la vigilancia del espacio aéreo. El motivo: salvaguardar los recursos ictícolas del Mar Argentino, en una afirmación de soberanía territorial.
Un cambio clave es que a diferencia del largo patrullaje que hacían las naves argentinas, desde Mar del Plata hasta Ushuaia, ida y vuelta. El trayecto tenía una extensión de 2.000 kilómetros e insume varios días. Ahora los buques argentinos cambiarán constantemente de derrotero. De esta forma a los infractores que operan y depredan el Mar Argentino les será más complicado predecir su accionar para no ser detectados.