El remolcador URANO de la empresa El Hauar se hundió en las últimas horas del jueves 7 de diciembre frente a la Terminal 6 del puerto santafesino de General San Martín, en la zona de San Lorenzo, Argentina, sin que se lamentaran víctimas ni heridos. El naufragio se produjo a las 23.50 horas. El navío comenzó a hundirse y en solo cinco minutos se fue a pique en el sector de maniobras de barcazas.
El navío Urano, registrado bajo el pabellón de Argentina, cuenta con una eslora de 21 metros y 1.800 HP de potencia.
El naufragio ocurrió mientras el remolcador se encontraba en maniobra de desatraque. Se cree que una sobrecarga de combustible (búnker) en proa habría provocado que la nave comenzara a hundirse.
A pesar de la gravedad de la situación, la tripulación del Urano, compuesta por siete personas, pudo abandonar el barco con rapidez y ser rescatada.
Se está evaluando el impacto ambiental que tendrá el hundimiento del remolcador en aguas del río Paraná, así como las causas que lo motivaron.
En ese sentido, personal de Prefectura Naval de Argentina, como también de la empresa propietaria del Urano, se encuentran en el lugar analizando las circunstancias del incidente y los pasos a seguir.
Investigación sobre las causas
El hundimiento quedó registrado en las cámaras de seguridad del muelle y las grabaciones se encuentran en poder de Prefectura Naval Argentina que comenzó con una investigación para determinar las causas de la inmersión del remolcador. Por otro lado, la empresa tiene buena fama ganada por recurrir a métodos que permiten bajar costos operativos en sus tareas fluviales, como el aprovechamiento cuestionable de las capacidades de una embarcación.
Se abren distintas preguntas sobre el impacto ambiental que provoca este siniestro fluvial en aguas del río Paraná. El casco de la nave puede removerse pero ¿cuánto afecta al ecosistema?¿cómo se controla el desprendimiento de hidrocarburos desplazados bajo el agua?.
El titular de la firma El Hauar, Omar Mayotto se hizo presente minutos después del hecho y notificó a las autoridades y al seguro que se encargará de la evaluación en las pérdidas materiales y las tareas de inspección mediante buzos tácticos para la posterior remoción de la embarcación que se encuentra a 10 metros de profundidad. Además, de forma inmediata se implementó una barrera de contención de fluidos e hidrocarburos que pudieran encontrarse en cubierta.
Mientras tanto, las operaciones del sector barcazas se encuentran limitadas hasta que finalice la investigación y contención de daños. Se desconoce si existe la posibilidad de que otros buques puedan ingresar al sector.