EEUU propuso a Uruguay como «país piloto» para un TLC regional, algo que podría mejorar sustancialmente la relación bilateral.
Legisladores de Estados Unidos propusieron a Uruguay como “país piloto” para sumarse al UMSCA (exNafta), el Tratado de Libre Comercio regional que mantienen con Cánada y México, en un gesto que podría dar impulso a la relación entre ambos países.
La iniciativa fue presentada por senadores y representantes, tanto republicanos como demócratas. De concretarse, la medida regiría desde 2026 e incluiría también una adhesión al sistema de preferencias comerciales para países del Caribe, así como la exención de visas para uruguayos.
Ley de las Américas
El proyecto, titulado Ley de las Américas (AmericasAct), lleva las firmas de los representantes de EEUU, María Elvira Salazar (republicana) y Adriano Espaillat (demócrata), así como la de los senadores Bill Cassidy (republicano) y Michael Bennet (demócrata). Además se sumó como copatrocinador el representante republicano Mike Gallagher, presidente del Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el Partido Comunista Chino.
Esta norma propone “crear una asociación comercial permanente y en constante expansión entre los países del Hemisferio Occidental y contrarrestar el creciente control de China sobre la manufactura y la geopolítica globales”, destacó Salazar.
Busca estimular el comercio
La legisladora de EEUU resaltó que la iniciativa “une a las democracias de nuestro Hemisferio a través del comercio, la inversión y un compromiso compartido con la libre empresa” y sostuvo que “creará empleos, hará crecer la economía estadounidense y traerá prosperidad a América Latina y el Caribe”.
“Ya es hora de que liberemos todo el potencial económico de Estados Unidos y América Latina. La Ley de las Américas es la solución para hacer crecer nuestra economía y traer estabilidad al hemisferio”, manifestó la representante, mientras sostuvo que la medida “combatirá la influencia de China”.
Espaillat, en tanto, afirmó que “en esencia, la Ley de las Américas es una herramienta de creación de empleo multimillonaria para Estados Unidos y sus aliados en América Latina y el Caribe”.
“Con sus préstamos de relocalización y deslocalización cercana, beneficios fiscales y otras subvenciones específicas para trabajadores en casa y en nuestros países socios del hemisferio occidental, la Ley de las Américas devolverá empleos e inversiones a nuestro hemisferio y frenará las causas fundamentales de la migración al poner más dinero a los bolsillos de las familias trabajadoras”, apuntó.
Con la mira puesta en China
“Necesitamos volver a nivelar el campo de juego entre las democracias amantes de la libertad y aquellas que explotan las reglas, como China. Lo hacemos reenfocándonos en el Hemisferio Occidental para mejorar el comercio, traer la manufactura de regreso a nuestras costas y poner fin a la creciente influencia de China”, sostuvo a su turno Cassidy.
E insistió: “Nuestra Ley de las Américas hará que las economías de todo el hemisferio sean más resilientes, los gobiernos más estables y nuestro hemisferio más próspero”.
A su turno, Bennet sostuvo que “ninguna región tiene mayores vínculos con Estados Unidos que el Hemisferio Occidental”. “Sin embargo, en los últimos años no hemos logrado ofrecer a la región una alternativa económica convincente a la creciente influencia de China”, advirtió.
Y señaló: “Este proyecto de ley cambia eso. Crea una oportunidad para que Estados Unidos renueve nuestras asociaciones en América Latina y el Caribe, fortalezca el estado de derecho, profundice la prosperidad económica y adopte nuestros valores en una lucha compartida por la democracia”.