El Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por su sigla en inglés) acordaron celebrar en abril próximo una reunión en Buenos Aires para relanzar las negociaciones con vistas a firmar un acuerdo de libre comercio.
La decisión de celebrar esa reunión se adoptó en el marco de una conversación por videoconferencia de los jefes negociadores del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia) y de la EFTA (Islandia, Noruega y la unión aduanera de Suiza y Liechtenstein).
Según informó la Cancillería argentina en un comunicado, la idea es comenzar a transitar la «hoja de ruta» que, en nombre del bloque suramericano, ha propuesto Argentina para acelerar los trabajos con vistas a un futuro acuerdo de libre comercio.
«Ambas partes acordaron realizar una ronda de negociaciones en Buenos Aires durante el mes de abril. Será la primera reunión de este tipo en realizarse desde 2019, y para ello el Mercosur y la EFTA ya dieron comienzo a un intenso trabajo preparatorio, que permitirá acercar posiciones en la negociación», indica el comunicado.
Los países que integran la zona de libre comercio de EFTA reúnen 14,5 millones de habitantes, con un alto nivel de PIB per cápita.
Además, entre los países que conforman la EFTA, Suiza es un importante inversor a nivel global en variados sectores económicos, «por lo que un acuerdo comercial favorecerá la atracción de capitales de ese origen hacia el Mercosur», destaca el comunicado de la Cancillería argentina.
El contexto
En ese sentido, y con el acuerdo con la UE prácticamente naufragando —con la firme oposición del presidente francés Emmanuel Macron y a pesar de las intenciones de su par español Pedro Sánchez de mantener las conversaciones en pie—, el Mercosur se acercó a otro bloque económico caracterizado por un Producto Bruto Interno (PBI) per cápita particularmente alto —como lo es en Suiza, Noruega, Finlandia y Liechtenstein— para obtener nuevos destinos exportadores.
El pesimismo por las negociaciones con Europa también fue adoptado por el presidente argentino Javier Milei y su par paraguayo Santiago Peña, que coincidieron en que “no están dadas las condiciones” para avanzar en el acuerdo comercial. En contrapartida, los tratados con otros países se convirtieron en una urgencia —algo en lo que Uruguay viene insistiendo desde hace tiempo.
El bloque europeo tiene una amplia red de acuerdos de libre comercio vigentes y es uno de los diez principales actores del comercio global de mercancías y servicios.
Importancia para Uruguay
Lo cierto es que Uruguay tiene un historial de comercialización con los países que integran la EFTA, principalmente con Suiza y con Noruega; aunque no representan grandes proporciones de ingresos en dólares para el país.
Sin embargo, el relanzamiento de las negociaciones va en línea con la línea de política exterior mantenida por el gobierno y, sobre todo, con la actitud y el reclamo llevado a la mesa del debate del Mercosur en varias ocasiones tanto por el presidente Luis Lacalle Pou como por el excanciller Francisco Bustillo y el actual ministro de Relaciones Exteriores, Omar Paganini, sobre la necesidad de abrir el bloque a más y mejores negociaciones —o, en consecuencia, permitir la negociaciones bilaterales.
En cifras
En términos de cifras, y a partir de los datos de Uruguay XXI, el país exportó a Liechtenstein solo en dos años durante este siglo: en 2008, con un total de 100.050 dólares; y en 2009, por 46.360 dólares. Le sigue Islandia, con una relación comercial intermitente pero a donde los últimos cinco años se colocaron productos de manera consecutiva: el año pasado, el monto total fue por 105.583 dólares, mientras que el récord corresponde al 2008, con 201.366 dólares.
Con Suiza y Noruega las exportaciones son continuas y recurrentes: en el primer caso, en 2023 se exportaron productos por 23.807.148 dólares —el mejor año fue en 2012 con 139.811.632 dólares—; y en el segundo, el año pasado ingresaron 11.958.931 dólares —siendo el pico de exportaciones en 2008, con 59.376.216 dólares.