Uruguay respondió de inmediato al pedido de cooperación internacional de Brasil y desplegó en la región afectada una aeronave de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU) con su dotación.
Se trata de un helicóptero Bell 212 FAU 034, que se encuentra en la zona de desastre desde la noche del domingo. Este lunes realizó la primera evacuación de 7 personas y tenía previsto realizar como mínimo otros dos rescates en el resto de la jornada.
Además del helicóptero, la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU) enviará un Hércules C-130, dos lanchas y algunos drones al territorio buena parte del cual hoy se encuentra bajo agua.
Estas inundaciones que provocaron decenas de víctimas, desaparecidos y miles de desplazados, se consideran como la peor catástrofe natural de la historia de la región.
La misión de la Fuerza Aérea Uruguaya se inscribe en lo que se conoce como el Sistema de Cooperación de Fuerzas Aéreas Americanas (SICOFAA), que cuenta con el respaldo del Ministerio de Defensa Nacional y del Ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay.
“Bajo el lema ‘Unidos y Aliados’, estamos presentes y orgullosos de hacer flamear alto el Pabellón Nacional”, expresó la FAU a través de las redes sociales.
Desastre climático sin precedentes
El estado de Rio Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay es el más afectado por las lluvias. El reporte de víctimas al día lunes 6 de mayo alcanzaba a las 86 personas fallecidas, 134 desaparecidas y miles de desplazados, mientras que el vecino estado de Santa Catarina registró un fallecimiento.
El fenómeno climático con lluvias intensas, vendavales y granizo ha afectado a más de 351.000 habitantes, con unos 23.600 desalojados.
Pero las cifras son preliminares, dado que las aguas que cubren enormes áreas impiden dimensionar el desastre.
El desborde de ríos y lagunas por las precipitaciones, la rotura de una represa y la ola de frío que se avecina hace temer una tragedia aún mayor.
El decreto del gobierno de Brasil que declara el estado de calamidad en Río Grande del Sur alcanza a 345 de los 496 municipios.
Apoyo del gobierno
Las brigadas de rescate intentan alcanzar y abastecer numerosos municipios aislados, sin comunicaciones y con carreteras bloqueadas, e incluso sin energía eléctrica ni agua.
El rápido ascenso del río Guaíba en las últimas horas podría cubrir vastas áreas de una de las mayores urbes del sur brasileño, con una población de 1,5 millones.
Un desborde podría causar la mayor inundación de la historia de la ciudad, superando la registrada en 1941, según las autoridades.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva viajó a Rio Grande do Sul la semana pasada, donde aseguró que “no faltarán recursos” para afrontar la crisis.
El gobierno ha aportado 9 aeronaves, más de 900 efectivos y decenas de botes salvavidas, entre otros equipamientos.
Vuelos cancelados
Más de 200 vuelos fueron cancelados entre el viernes y este sábado en Porto Alegre después que su aeropuerto cerrara debido a la inundación de parte de las pistas, informó la concesionaria de la terminal. El viernes fueron anulados 62 vuelos y 143 el sábado y el cierre del aeropuerto es “por tiempo indeterminado”.
Latam, una de las principales aerolíneas de Brasil, anunció que ofrecerá flexibilidad para cambiar los vuelos que tenía previsto operar hasta el martes y recomendó a sus pasajeros que eviten trasladarse hasta la terminal.
Decenas de pasajeros con vuelos cancelados tuvieron que pasar la noche en el aeropuerto, usando mochilas como almohadas y acurrucados en las sillas o en el suelo de la terminal. El aeropuerto de Porto Alegre es el noveno más transitado de Brasil. En 2023 circularon siete millones de pasajeros y 72 mil aeronaves.