La llamada tecnología SIS es un dispositivo mecánico que drena el aire más frío expulsándolo hacia arriba en forma de chorro de manera tal que permite controlar las heladas y desviar la niebla, entre otras aplicaciones.
Así funciona el “Sumidero Invertido Selectivo” (SIS), una genial invención de principios de la década de los 90 que, además, tiene bajo costos de inversión y es amigable con el medio ambiente. Esta tecnología fue utilizada por primera vez en Uruguay para prevenir las heladas en campos de cultivo, especialmente de cítricos, y fue creada por el ingeniero uruguayo Rafael Guarga.
En los últimos años, se han instalado más de 2.000 aparatos SIS a lo largo y ancho del planeta, incluido el Canal de Panamá (a modo experimental).
Portal Marítimo dialogó con el ingeniero Guarga, exrector de la Universidad pública del Uruguay (Udelar) y Director de la empresa uruguaya Frost Protection.
En su página web (www.frostprotection.com), se describe que estos equipos pueden controlar las heladas, así como la propagación de olores y el polvo. El sumidero invertido selectivo extrae el aire frío y lo lanza mediante potencia mecánica fuera de la zona de campo. Esto produce aumentos de temperatura y disminución de los tiempos de exposición del cultivo al frío, lo cual permite controlar los efectos de las heladas. El sistema se basa en el estudio y la integración de principios científicos de la meteorología, la aerodinámica, la termodinámica, la hidráulica y la agronomía.
Si bien existen otras tecnologías desarrolladas, son costosas y afectan negativamente el medio ambiente. Por contraste, el sumidero invertido selectivo tiene costos de inversión y operación menores y cero impacto ambiental. También pueden controlar las nieblas de radiación y de elevación, lo que, por ejemplo, podría ser útil en carreteras para mejorar la visibilidad y en aeropuertos, para evitar cancelaciones de vuelos.
El creador y su creación
Desde que se recibió como ingeniero, Guarga siempre trabajó en el área de los fluidos; de hecho, la tesis de su Doctorado tuvo que ver con esa área. Exiliado en México durante casi toda la dictadura cívico militar en el Uruguay (1973-1984), regresó a su país en 1983, donde desempeñó una intensa actividad académica a la vez que mantuvo su actividad privada
El invento se creó y aplicó por primera vez en Uruguay y en forma exitosa en cultivos de cítricos. Guarga había sido contratado por un grupo inversor inglés para combatir el “rameado”, esto es el rayado de la cáscara causado por las ramas de los árboles sacudidas por el viento, lo que afecta al fruto en su valor comercial.
Sin embargo, escuchó que el problema más grave que había en ese momento no era el viento sino las heladas. “Como viajaba con ellos al campo, empecé a preguntar sobre el tema, y me consiguieron un libro de un físico norteamericano sobre el problema de las heladas en California”, relató a Portal Marítimo.
De esa forma, advirtió que había algo no bien resuelto en los campos del Uruguay que tenía que ver con la topografía suavemente ondulada. “El problema de las heladas afectaba a las partes bajas, no tanto a las partes altas. Ante mi idea primitiva de que lo que había era una temperatura que bajaba del 0 grado, observé que, en realidad, la temperatura era una abajo, y otra a 20 metros de distancia en horizontal y a tres metros de altura”.
“Me puse a estudiar en profundidad el tema de los flujos del aire sobre terrenos ondulados. Ahí aparece el concepto de los vientos cataváticos, que no se mueven por diferencia de presión sino de temperatura. En definitiva, a partir de trabajar esa idea, surgió la creación del Sumidero Inversión Selectivo”.
Esta tecnología consiste en hacer un drenaje selectivo del aire más frío tomando el concepto del sumidero selectivo. El invento se patentó en muchos lados y una vez que estuvo patentado y pusimos una página web.
Poco tiempo después, Guarga fue contactado por un agricultor californiano que comprendió a cabalidad cual era la idea. “Este productor pidió un diseño especialmente para su producción: esa fue la primera venta al exterior que hicimos”, relató.
Al tiempo, la inversión inglesa se cayó porque el cancro (enfermedad de los cítricos) finalmente llegó al Uruguay. De todos modos, llegó a hacerse una cosecha exitosa que fue protegida de las heladas con la tecnología SIS. Pero los capitales ingleses se retiraron del país y dejaron a la empresa en manos de Guarga.
“Se portaron como unos caballeros”, recuerda.
SIS por el mundo
El emprendimiento siguió adelante. El sistema se hizo conocido a partir de su primera aplicación exitosa en California y comenzó a exportarse a otras partes del mundo: Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda, en España, Inglaterra, Uruguay, Argentina y Chile.
Guarga aclara que la tecnología SIS funciona no ante cualquier niebla sino en relación a las llamadas nieblas de radiación. Éstas son nieblas que se producen en la noche, en condiciones de cielo despejado y sin viento. “Si hay vientos o hay nubes o no es de noche, no hay niebla”, advierte. “Solo en esas condiciones, los aparatos funcionan protegiendo un perímetro. Si tengo que cubrir un perímetro, un aparato no protege nada. Por lo cual necesito por lo menos tres y el interior de ese triángulo equilátero puede protegerse”.
El Canal de Panamá
Se calcula que la niebla causa al Canal de Panamá pérdidas del orden de los 45 millones de dólares al año debido al cierre al paso de los buques.
Por el Canal de Panamá pasa, normalmente, buena parte de la carga que transita, en ambas direcciones, entre los océanos Atlántico y Pacífico. La administración panameña del Canal, en las últimas dos décadas, ha incrementado sustancialmente dicho flujo, construyendo gigantescas obras de infraestructura. Uno de los problemas a resolver tenía que ver con el cierre del Canal debido a la niebla. Ello equivale además, por año, a un cierre acumulado de varios días, tiempo en el cual los grandes cargueros deben esperar a que la niebla se disipe para poder efectuar el pasaje por el Canal.
“La idea fue hacer una prueba a pequeña escala. Compraron lo mínimo, esto es, tres aparatos, que se colocaron a una distancia de 100 metros forman un triángulo equilátero. La prueba se verificó, con muy buenos resultados, durante la temporada de nieblas de 2019. El experimento funcionó a la perfección. Yo viajé varias veces. En medio de una noche sin luna, determinar si hay o no hay visibilidad no es fácil pero quedó claro que efectivamente el sistema funcionó. Dentro de ese perímetro la visibilidad era perfecta”.
A partir de la realización exitosa de la prueba se le encomendó el proyecto de aplicar la Tecnología SIS a la protección de la niebla en el tramo de 11 km del Canal denominado Corte Culebra, donde actúa el fenómeno, que lleva unos 250 aparatos.
“El proyecto fue recibido por las autoridades del canal, se hizo una presentación a principios de 2020, pero ocurrió que cambiaron las autoridades. Después vino la pandemia con lo cual el Canal pasó varios meses con un tránsito disminuido con lo cual están en la ruina. Las nuevas autoridades que ahora están finalizando el mandato, tienen el proyecto pero no han aprobado su construcción”.
Puertos y Aeropuertos
Consultado Guarga sobre si la tecnología SIS podría aplicarse en puertos y aeropuertos la respuesta fue contundente y científica: en el primer caso, no, en el segundo, sí. “No, porque no hay nieblas de radiación sobre el mar por una sencilla razón. La causal fundamental de la niebla de radiación aparte que no puede haber viento (si hay viento no hay niebla de radiación) es el enfriamiento del suelo. Ahora, el agua no se enfría. Por qué se enfría la tierra porque pierde el calor hacia el firmamento en la noche. Y el agua no pierde calor? Si pero al perder calor, aumenta su densidad y al aumentar su densidad el volúmen de agua que perdió calor se hunde y es reemplazado por otro caliente. Por tanto, no hay niebla de radiación sobre la superficie del mar. A menos que el problema sea en alguna zona portuaria pero sobre tierra, un ámbito de reparación de barcos, por ejemplo, pero sobre tierra, no sobre el mar”.
Sí en aeropuertos, pero..
La niebla es un enemigo para la navegación aérea y las terminales, algunas de las cuales acumulan decenas de días de cancelaciones de vuelos en un año por este motivo. Guarga asegura que la tecnología SIS puede aplicarse con éxito en aeropuertos. Tiempo atrás, por este motivo, solicitó una entrevista en el aeropuerto internacional de Carrasco para presentar su tecnología. Las autoridades en ese momento escucharon su explicación con mucha atención. Pero la respuesta dejó sin palabras el ingeniero uruguayo: “mire Guarga, lo que usted explica es claro y puede funcionar perfectamente, es decir, podemos eliminar las nieblas del aeropuerto, pero no nos interesa”.
“La explicación fue: nosotros ganamos más con los shopping que están en el aeropuerto que con la administración del aeropuerto. El negocio del administrador no es el aeropuerto sino los shopping. Nos interesa que la gente se quede acá y compre”.
Guarga contactó a otro aeropuerto que aparecía con graves problemas de niebla y tuvo más o menos la misma respuesta. Y, aun más lejos, lo intentó con otra terminal aérea ubicada en Asia menor cercana al Mar Caspio. “La respuesta fue la misma”, se lamenta el ingeniero. Por otra parte, las nieblas de radiación, son muy peligrosas en las zonas bajas de las carreteras y el SIS las puede eliminar, asegura Guarga. Dado que hay accidentes vinculados a los bancos de niebla en autopistas y carreteras locales, esta tecnología puede ser una alternativa de control.
El sumidero invertido selectivo extrae el aire frío y lo lanza mediante potencia mecánica fuera de la zona de campo. Esto produce aumentos de temperatura y disminución de los tiempos de exposición del cultivo al frío, lo cual permite controlar los efectos de las heladas. El sistema se basa en el estudio y la integración de principios científicos de la meteorología, la aerodinámica, la termodinámica, la hidráulica y la agronomía.
Si bien existen otras tecnologías desarrolladas, son costosas y afectan negativamente el medio ambiente. Por contraste, el sumidero invertido selectivo tiene costos de inversión y operación menores y cero impacto ambiental.