Las grúas de muelle volvieron a entrar en acción en los puertos de Columbia Británica a última hora del martes 13 de julio cuando se llegó a un acuerdo tentativo entre sindicatos y empleadores para poner fin a una huelga de 13 días. El acuerdo, firmado por el sindicato International Longshore & Warehouse Union Canada (ILWU Canadá) y la British Columbia Maritime Employers Association (BCMEA), tiene una vigencia de cuatro años. Fue negociado con la ayuda de mediadores federales y está sujeto a la ratificación de ambas partes. Exportadores canadienses calcularon que la huelga causó interrupciones diarias del comercio por valor de US$380 millones. Mientras que la BCMEA cifró en US$6.505 millones la carga interrumpida hasta la fecha. En esa misma línea, la Cámara de Comercio canadiense advirtió que las perturbaciones podrían alimentar la inflación, según reportó Bloomberg.
Consecuencias de las interrupciones
La huelga portuaria redujo los arribos de portacontenedores y provocó desvío de buques. En ese sentido, el ministro de Trabajo, Seamus O’Regan, y el ministro de Transporte, Omar Alghabra, afirmaron en una declaración conjunta que «la magnitud de esta perturbación ha sido significativa, pues ha demostrado lo importante que es para nuestro interés nacional la relación entre la industria y el trabajo. No queremos volver a estar así».
Más de la mitad de los dueños de la carga se han visto afectados por la huelga, con pérdidas de ventas, retrasos en la producción o en los pedidos y la imposibilidad de exportar productos. El mayor productor mundial de fertilizantes, Nutrien Ltd., con sede en Saskatchewan, redujo la producción en su mina de potasa de Cory, alegando el paro portuario.
La huelga demuestra que los trabajadores están deseosos de recuperar el poder adquisitivo perdido en los dos últimos años de elevada inflación. En abril, más de 155.000 trabajadores federales también se declararon en huelga tras el fracaso de las negociaciones salariales con el Gobierno del primer ministro Justin Trudeau.
David Eby: “Soy optimista”
Según publica Splash, el primer ministro de Canadá, David Eby, aplaudió el acuerdo y dijo: «Soy optimista de que esto ayudará a traer estabilidad a largo plazo a nuestros puertos, solidificar a Vancouver como un centro comercial de clase mundial, fortalecer nuestra economía y brindar justicia a los trabajadores».
Dennis Darby, CEO de Canadian Manufacturers & Exporters, dijo en un comunicado que estaba aliviado de que la «crisis» pareciera haber terminado, pero señaló que los fabricantes pasarían los «próximos meses clasificando el daño y poniéndose al día«.
«El costo total para nuestra industria no son sólo los días de la huelga, sino los días y meses de trabajo que preceden y siguen a una interrupción«, dijo. «Es por eso que necesitamos reformas que eviten un cierre completo del sistema de transporte y las cadenas de suministro de Canadá cada seis meses».
Escribiendo en LinkedIn a principios de esta semana, Lars Jensen, fundador de la asesoría de contenedores Vespucci Maritime, advirtió que los transportistas enfrentarán muchos más obstáculos en la cadena de suministro después de que los puertos como Vancouver y Prince Rupert vuelvan a abrir.
«Tenga en cuenta que cuando la huelga termine en algún momento, los ferrocarriles tendrán el desafío de manejar la repentina afluencia de la carga actualmente atascada en los buques«, señaló Jensen.
El mes pasado, se llegó a un acuerdo entre empleadores y trabajadores portuarios al sur de la frontera en los Estados Unidos, evitando una acción industrial similar.