La ministra de Transporte y Obras Públicas (MTOP), Sandra Etcheverry, aceptó este viernes la renuncia presentada por la vicepresidenta de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Alejandra Koch, tras la polémica surgida, hacía ya varios días, en torno a la votación de un ascenso para su esposo y un chofer, entre otras personas, en su primera sesión en el cargo y los cuestionamientos a su remuneración.
“Este viernes 2 de mayo la vicepresidenta de la ANP, Alejandra Koch, me presentó su renuncia y decidí aceptarla”, escribió la ministra en su cuenta de X. La ministra aclaró que no hubo una ilegalidad en su conducta y que tampoco se trata de montos pero sí es una cuestión “política y ética”.
Koch, quien se desempeñó como directora vocal en el periodo anterior (2020-2025) había asumido el 30 de abril pasado la Vicepresidencia de la ANP. Contaba con 42 años de experiencia en la función pública y era especialista en administración portuaria y gestión pública.
Koch había ascendido a su esposo, Ricardo Suárez, y a un chofer, además de a otras cuatro personas durante el gobierno de Luis Lacalle Pou. La ministra Etcheverry anuló el ascenso del esposo de Koch, pero no del chofer.
Con respecto a su remuneración, trascendió que Koch había reservado su cargo de subgerenta del Área Sistema Nacional de Puertos al asumir en 2020 como directora vocal de la Administración Nacional de Puertos (ANP) en representación del Frente Amplio.
Por su trabajo en la subgerencia, Koch percibía un salario más una compensación por la tarea específica que desempeñaba. Hoy, percibía el mismo sueldo más esta partida extra por funciones que ya no cumple.
Renuncia y denuncia
En su cuenta de X, Koch explicó los motivos de su alejamiento del cargo y se quejó por la información difundida sobre su persona pero además “la violencia y la falta de respeto con que ha sido manejada, además de la ligereza y poca seriedad, con intereses y/o intencionalidades que podrían existir, que no comprendo y que me exceden”. Explicó que la reserva y opción de remuneración en su caso personal contó con previo informe jurídico favorable de la ANP y resolución de la Oficina Nacional del Servicio Civil (ONSC). Además, indicó que las liquidaciones y pagos de salarios son realizados por ANP con mecanismos de contralor como el Tribunal de Cuentas “que no ha observado por este concepto ninguno de los casos existentes en la ANP”.
Asimismo, explicó que el particular diseño de la estructura organizacional de la ANP, que viene de administraciones anteriores, devino en situaciones como la del ascenso de su pareja que calificó como una decisión “correcta” porque a su entender no “traía consigo ningún tratamiento diferencial” y que “de hecho, no mereció ninguna observación específica del Directorio”.
“No obstante, el hecho particular, sin antecedentes en ANP, que yo estuviera designada como vicepresidenta, generó duras y consultas específicas, que dieron como resultado la inexistencia de una norma que abarque el caso concreto”, agregó.
También expresó que en la actual administración fue “imperioso conformar parte del equipo de conducción con personal de la administración que es de confianza para el Directorio y que como en instancias anteriores de ANP, se realizó mediante la asignación de funciones”. “Es por ello que llama la atención tanta repercusión del tema cuando es habitual y lógico realizar algunos cambios al instalarse nuevas autoridades”, agregó.
Por otra parte, indicó que los funcionarios propuestos en las dependencias involucradas a la gerencia general y secretaría general “son de confianza de los propios gerentes y sustituyeron al personal que también por confianza había designado la administración anterior”.
En relación a la administración anterior, Koch aseguró que “utilizó una metodología de asignación directa, dejando unas 700 asignaciones efectuadas sin regularizar”. Dentro de ellas “se incluyen 500 aproximadamente, otorgadas por diferencia de sueldos a cargos (que en administraciones frenteamplistas se otorgaban por concurso de oposición y méritos) y unas 200 por asignación de funciones, algunas de ellas otorgadas incluso durante el periodo de transición, que abarcó a personal de confianza del presidente Juan Curbelo y del vicepresidente Daniel Loureiro, asignándoles niveles de jefatura”.
Por último, expresó que deja el cargo con la “tranquilidad absoluta respecto de mi actuación, siguiendo en cada caso, los procedimientos correctos”. Manifestó que es una funcionaria de carrera y que no está dispuesta a “recorrer este camino por el cual se intenta el desprestigio de tantos años, sin conocer el motivo de tanta violencia, donde los registros existentes no resultan de interés y el único aspecto que parecería profundizarse es el daño personal y familiar”. Agregó que continuará en la ANP desde el lugar que se le asigne y “con la esperanza de que ANP pueda retomar el camino del desarrollo y crecimiento portuario”.