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El acto se realizó, este jueves 15, con la presencia del director de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación (CPCN), William Rey Ashfield, el comodoro (título asignado en las sociedades y clubes náuticos al directivo encargado del ámbito deportivo), Juan José Aguiar, y socios del Yacht Club Uruguayo.
El 20 de junio de 1934 el Ministerio de Obras Públicas autorizó la reserva de un espacio en el puerto del Buceo para la construcción de las instalaciones del Yacht Club Uruguay, entonces se encomendó el proyecto y la dirección a los arquitectos Jorge Herrán Sienra y Luis Crespi.
El club se inauguró el 28 de octubre de 1939. A lo largo de los años alcanzó un singular valor urbanístico como emblema dentro del puerto del Buceo y elemento identitario en la ciudad, así como de la arquitectura náutica del país.
En la ocasión, el titular de la cartera, Pablo da Silveira, destacó el trabajo conjunto entre el Estado y la sociedad civil para preservar estos bienes.
Da Silveira, en su oratoria, destacó que el edifico es un elemento icónico del paisaje costero de Montevideo y resaltó su valor arquitectónico con una construcción moderna para la época en la que se edificó.
Explicó que, para que los bienes se seleccionen como patrimonio nacional, se toma en cuenta su valor arquitectónico y estético, pero también a la comunidad que protegió y cuidó para asegurar su continuidad. Es fundamental que haya una comunidad que se identifique con el bien y en este caso esto se cumple con creces, afirmó.
Además, señaló que la declaración conlleva beneficios como exoneración de algunos impuestos y facilidades crediticias para la realización de obras de mantenimiento pero también algunas obligaciones como no modificar o intervenir en la fachada y las características edilicias por las que el bien fue declarado patrimonio nacional.
Según destacó, para cuidar los bienes patrimoniales se debe trabajar de manera conjunta entre el Estado, que garantiza a nivel jurídico su preservación, y la sociedad civil, que los cuida y respeta para asegurar su continuidad.
Gran estímulo
Por su parte, Rey resaltó que la declaración representa un gran estímulo para promover el mantenimiento del bien y valorar la importancia del edificio en el paisaje Montevideo.
El Yacht Club Uruguayo, junto a otras obras construidas en la década de 1930, está ligado a la instalación del Uruguay moderno, mediante una solución arquitectónica que interpreta con calidad lo referente a su función en un amable dialogo con el entorno, concluyó.
