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Facundo Montaña, secretario del Centro de Maquinistas Navales, advirtió que la marina mercante uruguaya atraviesa una crisis estructural por la falta de barcos nacionales y el aumento de embarcaciones extranjeras autorizadas a operar en aguas locales. Denunció la pérdida de miles de puestos de trabajo y reclamó una nueva ley de pesca y una política marítima de Estado.
Montaña advirtió que la marina mercante uruguaya se encuentra en una situación de crisis profunda, sin buques propios y con una creciente presencia de embarcaciones extranjeras que operan bajo el régimen de waivers, autorizaciones especiales otorgadas por la Prefectura Nacional Naval.
“Hoy no hay marina mercante uruguaya. Solo quedan algunos remolcadores y lanchas. No existen barcos mercantes con bandera nacional ni se realiza cabotaje, explicó Montaña en diálogo con Portal Marítimo.
El dirigente, que desde mayo de 2023 ocupa la secretaría del gremio, recordó que el Centro de Maquinistas Navales cumplió recientemente 120 años de historia, y sostuvo que la organización “ha sido testigo de la caída de la marina mercante, la llegada de las terceras banderas y la pérdida progresiva de fuentes de trabajo”. Hoy en día hay unos 300 maquinistas en el sector trabajando en Uruguay aunque también hay “muchos más compañeros trabajando también en el extranjero”, indicó.
El impacto de los “waivers”
Montaña cuestionó el uso extendido de los llamados waivers, permisos que habilitan a buques de bandera extranjera a operar en aguas uruguayas con tripulación no nacional. Según un estudio elaborado por la intergremial marítima, entre enero de 2022 y agosto de 2024 se concedieron 232 autorizaciones de este tipo, lo que habría implicado la pérdida de unos 4.000 puestos de trabajo y más de 4 millones de horas de aportes a la seguridad social.
“En Argentina y Brasil los waivers existen, pero se exige un porcentaje mínimo de tripulación nacional: 33% al principio, 66% a los seis meses y 80% al año. En Uruguay no hay nada de eso. Se volvió costumbre lo que debería ser una excepción”, afirmó.
El dirigente insistió en que la situación vulnera la Ley 12.091, que reserva el cabotaje a buques de bandera uruguaya, y señaló que la falta de controles “pone en riesgo la soberanía laboral y marítima del país”.
“Uruguay vive de espaldas al mar”
El secretario del gremio subrayó que el país “vive de espaldas al mar” y no ejerce un control efectivo sobre sus aguas. “Hay mucha pesca ilegal. Vemos barcos brasileños y chinos que entran sin fiscalización. Necesitamos mayor presencia de la Prefectura en el mar”, sostuvo.
Montaña respaldó las inversiones anunciadas para fortalecer la Armada Nacional, pero reclamó una política más amplia: “Todo lo que sea control marítimo es positivo, pero también hay que pensar en el desarrollo del sector. No hay inversiones, no hay incentivos para formar marinos y ni siquiera tenemos un dique propio operativo”.
Crisis pesquera y necesidad de una nueva ley
El sindicalista alertó que la flota pesquera nacional está en una situación crítica, con apenas 53 barcos activos frente a los 153 que había en 1974. “Tenemos una ley de pesca vieja, de hace 50 años. Es necesario que el gobierno convoque a todos los actores —trabajadores, empresarios, Dinara, Prefectura— para redactar una nueva norma que permita reactivar el sector”, afirmó.
También expresó preocupación por las prospecciones sísmicas que se realizarán en aguas uruguayas, ya que “los barcos que harán esas tareas ingresan también con waivers y sin tripulación uruguaya”.
Derechos laborales y condiciones a bordo
Montaña denunció casos de explotación y trato inhumano hacia tripulantes extranjeros, especialmente indonesios y filipinos, embarcados en buques de pesca de bandera foránea. “Hay personas que pasan más de un año sin bajar a tierra. Hemos hecho denuncias ante Prefectura, Inspección del Trabajo y la Secretaría de Derechos Humanos del PIT-CNT”, explicó.
El dirigente insistió en que, si se contrata mano de obra extranjera, debe hacerse “con las mismas condiciones y derechos que los trabajadores uruguayos”. “Somos todos seres humanos. No puede haber esclavitud moderna en el mar”, remarcó.
Presencia femenina y formación profesional
El gremio también impulsa la inclusión de mujeres en la actividad marítima, proponiendo que haya al menos una mujer cada 25 tripulantes. “El sector históricamente fue masculino, pero eso está cambiando. Hoy ya hay compañeras oficiales, cocineras y marineras trabajando”, destacó.
En cuanto a la formación, Montaña valoró la creación de la nueva escuela marítima en Carmelo, que se suma a las de Montevideo y la Escuela Naval, todas certificadas por la Convención STCW (*), reconocida por 198 países.
Una mirada hacia el futuro
De cara a los próximos desafíos, el secretario del Centro de Maquinistas sostuvo que Uruguay tiene condiciones para desarrollar una industria naval propia, pero “necesita ser más competitivo y generar una estrategia clara para atraer inversiones”.
“Paraguay tiene una de las flotas más grandes del mundo y construye sus propios barcos. Nosotros podríamos hacerlo, pero falta decisión política. Si seguimos habilitando banderas de conveniencia y waivers sin límites, no habrá futuro para los marinos uruguayos”, concluyó Montaña.
(*) La Convención Internacional sobre Normas de Formación, Titulación y Guardia para la Gente de Mar (Convención STCW) es un acuerdo de la Organización Marítima Internacional (OMI) que establece los estándares mínimos internacionales para la formación, certificación y competencia de la gente de mar. Su objetivo principal es garantizar la seguridad y la eficiencia de la navegación marítima, estableciendo requisitos de capacitación, titulación y descanso para la tripulación de buques comerciales.
