Los emisores de  aguas cloacales de Buenos Aires  

enero 9, 2025
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El análisis del emisor subacuático de aguas cloacales e industriales de Buenos Aires, constituido por un túnel de 12 kilómetros de extensión y de 4,30 de diámetro, y el de Berasategui, de 7 kilómetros de largo y 4 metros de diámetro, debe ser considerado a la luz de dos principios fundamentales.  Por un lado, el que resulta del artículo 47 de la Constitución de la República que establece que “la  protección del medio ambiente es de interés general” y  que “el agua es un recurso esencial para la vida” y,  por el otro, el principio precautorio o de precaución que constituye una norma estructural en el Derecho Ambiental consagrada en la Conferencia de Rio de Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo que tuvo lugar en Rio de Janeiro en el año 1992. 

  Este principio se encuentra consagrado en el numeral 15 de lo acordado en esa Conferencia que establece: “Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta, no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente”  

Se trata de dos  principios  fundamentales que deberían  inspirar, no sólo la conducta de los gobernantes de ambos países platenses en el análisis del emisor subacuático de Buenos Aires, sino también del Banco Mundial que  ha financiado a este emprendimiento. 

El emisor de Buenos Aires, que está en un estado avanzado de construcción, implica colectar las aguas cloacales de más de 4 millones y medio de habitantes y de miles de industrias que corresponden a las cuencas fluviales de los ríos Matanzas y Riachuelo de Buenos Aires y verterlas al Río de la Plata a través de un emisor subacuático de 12 kilómetros de extensión y  de  4 metros 30 de diámetro. Se estima que lo que va a arrojar diariamente al Río de la Plata este emisor sería de, aproximadamente, 2 millones 300 mil metros cúbicos de ese tipo de vertimientos. 

Este proyecto fue presentado, originariamente, en el seno de la Comisión Administradora del Río de la Plata en el año 2001, según el acta  No. 439, par. 4.3, se trató recién el 23 de octubre de 2008 y aprobado, prácticamente a carpeta cerrada en enero de 2009.  

Personalmente, estimé que el enorme volumen de aguas cloacales y residuos industriales que iba a ser arrojado al Río de la Plata por el emisor, podía afectar el régimen del mismo  y que requería un estudio de impacto ambiental independiente. Y sostuve y sostengo esa  posición porque por “régimen” se debe entender el modo de regirse una cosa, es decir el conjunto de normas y factores que regulan determinado actividad, en este caso, al Río de la Plata. 

Fue pasando el tiempo y cuando en los años 2018 y 2019, con el Embajador Carlos Orlando, empezamos a publicitar el riesgo que se podía generar con este emprendimiento, nos encontramos con una ignorancia supina de lo que estaba aconteciendo, a tal punto que en Cancillería, no sabían nada del tema y que el Subsecretario de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, arquitecto Jorge Rucks, cuando lo consultaron por el emisor, dijo que en el último período de gobierno, no pidieron ni recibieron ninguna actualización ni información de cómo el  proyecto seguía su curso”. 

Al asumir el nuevo gobierno, volvimos a insistir sobre la necesidad de que se analizara con seriedad el eventual impacto ambiental de este tipo de emprendimientos y nos encontramos con la férrea oposición del Presidente de la delegación uruguaya ante la CARP,  Dr. Alem García, reunido con algunos dirigentes políticos y con la asesora de ambiente, contratada por esa comisión, en la ciudad de Colonia, en términos  poco felices, descartó la posibilidad de que funcionando el emisor pudiese tener efectos contaminantes y  que se trataba de un hecho consumado.  

Con respecto a estas declaraciones de la delegación uruguaya ante la CARP considero del caso establecer: 

Que no comparto las declaraciones del Presidente de la delegación uruguaya ante la CARP descartando en forma categórica una eventual contaminación por parte del emisor subacuático de aguas cloacales e industriales de Buenos Aires, por el contrario, estimo que el funcionamiento de esta obra faraónica puede contaminar las costas de amb ambas márgenes del Río de la Plata de manera muy significativa en atención a las siguientes consideraciones:  

 A.-  Si bien el emisor de Buenos Aires que encausa las aguas de los ríos Matanza y Riachuelo está a 37 kilómetros del departamento de Colonia, el Estudio de la Dinámica Hidro- semidentológica del Río de la Plata, Proyecto Freplata RLA 99/G31 (pg. 25) se afirma “El viento es el principal forzante de la circulación en el Río de la Plata, particularmente, en su parte exterior y afecta la dinámica en todas las escalas”. Más adelante, expresa, este informe, “Aproximadamente el 90% de la varianza en la circulación barotrópica es debida a la variabilidad del viento en escala sub anual” (pg.27) y agrega, “debido a la baja profundidad del Río de la Plata, las corrientes en la parte estratificada responden rápidamente a los cambios en el viento en todos los niveles, con un tiempo de respuesta entre 3 y 9 horas”. 

B.- Es tan importante la acción de los vientos que ese estudio, respecto al efecto “Coriolis”, expresa “Evidentemente, la circulación gravitacional es muy pequeña en comparación con la señal dominada por el viento y la marea que ocurre en este sistema” (pg.30). 

B.- Por otra parte, por el carácter estuárico del Río de la Plata es frecuente observar que las aguas oceánicas invaden el cauce del mismo que normalmente, está ocupado por agua dulce y que lo mismo sucede a la inversa. Obviamente, ello genera una contra corriente cuando el fenómeno se produce de Este a Oeste. 

C.- En cuanto a la eficacia del sistema de pretratamiento de las aguas a verterse, el Profesor grado 5 de la Facultad de Ciencias de la UDELAR, Director del Departamento de Ecología y Ambiente, Doctor en Tecnología Ambiental y Gestión de Agua, Dr. Daniel Panario, es categórico en afirmar que el sistema que se va a implementar de pretratamiento y depuración de las aguas a verterse por ese emisor en el Río de la Plata “no sería suficiente para eliminar sustancias como el fósforo y el nitrógeno”.  

  Incluso Pablo Luis Caballero que es un científico argentino, investigador e integrante de la Fundación Integradora Latinoamericana Ambiental, en declaraciones al Semanario Búsqueda publicadas el 22.10.2009, consultado sobre si este emprendimiento podía afectar al Uruguay afirmó: “me preocuparía” y más específicamente refiriéndose al proyecto en pretratamiento dijo “ que comprende rejas para la retención de material grueso y tamices de banda para eliminar sólidos que superan los 6 milímetros de diámetro, seguido de desarenadores y desengrasadores” y agregó que las plantas de pretratamiento “simplemente hacen la retención de arenas, sólidos voluminosos y algo de grasas, pero el resto sale, concluyendo que el sistema “es insuficiente para que esos elementos químicos lleguen al Río”. 

D) Ahora bien, si el sistema de pretratamiento no elimina elementos químicos como el nitrógeno y el fósforo, el vertimiento enorme que se va a realizar diariamente sobre el Río de la Plata va a generar un área de caldo de cultivo de las cianobacterias. 

 Al respecto, los científicos Sylvia Bonilla y Luis Aubriot,  han afirmado que las cianobacterias necesitan de minerales para crecer utilizando a esos efectos el nitrógeno y el fósforo en gran cantidad generalmente disueltos en el agua”.  Bonilla y Aubriot agregan “Como las cianobacterias pueden flotar gracias a vesículas de gas que contienen en las células, se acumulan en la superficie y son transportadas por la acción del viento”. 

Por ende, sin perjuicio de la acción de las corrientes, si el emisor subacuático de Buenos Aires, arroja nitrógeno y fósforo a través del emisor las cianobacterias así generadas van a ser transportadas no sólo por las corrientes sino también por el viento por lo que de conformidad al mismo puede afectar las costas de Colonia, San José, Canelones y Montevideo. 

E) Personalmente estimo que no se trata de monitorear las aguas cloacales e industriales después que comiencen a ser vertidas por este emisor subacuático Se trata de que los 2 millones trescientos mil metros cúbicos que se van a verter diariamente  sean debidamente filtrados. Se trata de verificar si el sistema que se está instalando en esta obra es o no eficiente o que, por el contrario, puede generar una contaminación muy nociva. A esos efectos estimamos indispensable que se lleve a cabo un, estudio de consultoría independiente para verificar si los sistemas de pretratamiento y filtrado son o no eficaces.     

F) Otro aspecto de esta problemática que debe ser tomado en cuenta es  lo que resulta del informe del Banco Mundial, que es contundente de la ligereza con que se ha actuado en esta materia. En efecto, en un informe de fecha 27 de junio de 2019 (Matanza-Riachuelo Basin (MRB). Sustainable Development Project Additional Financing. P. 171.197. ps. 13 y ss.),  esa Institución financiera internacional indicó que la decisión de elegir un bajo o un alto nivel de tratamiento previo de los vertimientos fue objeto de análisis, optándose por un bajo nivel de tratamiento de los efluentes en razón de la “alta capacidad de oxigenación del Río de la Plata” y por razones económicas. 

 Pero  sucede que, primero no se ha evaluado debidamente ese poder de oxigenación y segundo, el sistema aprobado de pretratamiento y filtrado no da garantías para algunos elementos químicos gravemente contaminantes. 

Para terminar, no se trata de impedir que la construcción de estos dos enormes emisarios de aguas cloacales e industriales se  lleven a cabo, se trata de aventar cualquier posibilidad de que, como consecuencia de su funcionamiento, se contamine severamente al Río de la Plata con efectos totalmente imprevisibles que podrían perjudicar a los habitantes de ambas márgenes del mismo. 

Nuestra prédica no es la única, incluso, en la Argentina hay fuertes detractores de este emprendimiento. El Embajador argentino Dr. Raúl Estrada Oyuela, que es una autoridad en materia de Derecho Ambiental,  formuló duras críticas a la Autoridad de la Cuenca Matanzas-Riachuelo (ACUMAR) por la falta de un estudio auditado de impacto ambiental de las descargas del emisario y manifestó sobre la posibilidad de que un sector de la parte norte de ciudad de Buenos Aires se conecte en el futuro al emisor que analizamos. 

 El Embajador Estrada Oyuela destacó que la empresa AYSA (Aguas y Saneamientos Argentinos S.A.) que es una empresa mixta de capitales públicos en su mayoría y privados que lleva adelante este emprendimiento, afirma que  no se ha probado como sostiene que las aguas se procesarán solas al pasar a presión por el conducto tubular” y que nunca se presentó un estudio que fundamente esa afirmación. 

Estrada Oyuela, como Caballero y como Panario sostienen que en una planta de pretratamiento los líquidos pasan por filtros que retienen objetos sólidos, incluyendo arenas y algunos aceites, pero mantienen en disolución de elementos  químicos de los efluentes industriales, coliformes fecales, eschirichia coli y otras bacterias que requieren tratamiento primario y secundaria para ser eliminadas. 

Las cianobacterias `pueden causar un serio perjuicio a las especies ictícolas del Río de la Plata e incluso afectar la viabilidad del emprendimiento del proyecto Neptuno.Al respecto, el científico Dr. Martín Malcuori Vico, en su trabajo sobre “Cianotoxinas y cianobacterias en peces de agua dulce”,  hace un erudito y extenso análisis del enorme daño que las cianobacterias pueden causar en los peces y agrega  que, ”la proliferación de las cianobacterias en las fuentes de captación para el agua potable de las ciudades, constituye un riesgo sanitario y una gran preocupación para las empresas suministradoras del agua de consumo público. Algunas tóxicas no pueden ser eliminadas mediante los sistemas convencionales de tratamiento de aguas” (Colibrì.udelar.edu.uy, p.9). 

Últimamente, el Presidente de la delegación uruguaya ante la CARP ha modificado su planteo inicial donde rechazaba enfáticamente la posibilidad de que este emisor contaminaría y ha propuesto la constitución, en el seno de la CARP, de un comité de expertos para efectuar un monitoreo permanente del Río de la Plata, lo que implica mayor empleomanía y un gasto innecesario e inútil, porque la calidad de las aguas de ese curso fluvial, en la actualidad, es bien conocida con estudios muy completos como el de FREPLATA y efectuar el monitoreo después que empiece a funcionar, este emisor al que se le agregará el de Berasategui, será muy tarde, porque si se verifica que, por ejemplo, no eliminan el fósforo y el nitrógeno que generan las cianobacterias y que es necesario corregir esa falla, no se van a poder quien sabe por cuánto tiempo interrumpir esos vertimientos para efectuar las modificaciones indispensables de las plantas de tratamiento. 

Agrego a lo que antecede que el Embajador Carlos Orlando y el suscrito que hemos efectuado diversas publicaciones denunciando este severo riesgo de contaminación ambiental, fuimos recibidos por el Ministro de Ambiente, con cordialidad, pero su reacción fue la de crear una comisión con funcionarios de esa secretaría de Estado y de la Cancillería, lo que ha significado un entierro de lujo a nuestros planteos. 

  Si se está proponiendo un monitoreo permanente es que se admite que existe esa posibilidad, por lo que la pregunta que le formulo al Señor Ministro de Ambiente y al Señor Presidente de la delegación uruguaya ante la CARP, es la siguiente: ¿Qué se  va a hacer si una vez que empiece a operar el emisor se comprueba que contamina?  Es obvio que no se puede parar el funcionamiento ¿por qué a dónde se podrían enviar los millones de metros cúbicos de las aguas cloacales que diariamente  se estuvieran  arrojando al Río? La contaminación va a continuar quién sabe hasta cuándo. Siempre es mejor prevenir que curar, con la particularidad de que en este caso, la curación es de muy difícil pronóstico.  

Insistimos, conforme al numeral 15 del principio acordado en la Conferencia de Naciones Unidas sobre medio ambiente que tuvo lugar en Rio de Janeiro en 1992, si hay “peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta, no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de las medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente”. 

Con el Embajador Carlos Orlando hemos bregado simplemente para solicitar que se disponga una consultoría independiente para verificar si existe o no ese riesgo de contaminación por elementos químicos y eventualmente por bacterias, por colifecales etc. en atención a la opinión de científicos de enorme prestigio. Por ello no aceptamos el estudio hecho por la empresa que lleva adelante la obra  como único elemento de juicio en un emprendimiento de tanta envergadura por carecer de la independencia y la objetividad científica necesaria. 

A lo que antecede se agrega lo relativo al emisor de aguas cloacales e industriales de Berasateguy que tiene un diámetro de 4 metros 30 y 7 kilómetros de extensión por lo cual también ingresa a las aguas comunes del Río de la Plata y del cual se estaría llamando a licitación para iniciar su construcción. Este emisor si bien tiene menos extensión que el que colecta las aguas de los cauces de Matanzas y Riachuelo va a verter más de esos fluidos al Río de la Plata por cuanto el monto diario se estima en 2 millones 800 mil metros cúbicos. Es decir, entre el de Matanzas y Riachuelo y el de Berasateguy arrojarán a las aguas del Río de la Plata más de 5 millones de metros cúbicos de esos vertimientos por día. El equivalente a diez estadios de fútbol… 

Lamentablemente, la prédica que hemos llevado adelante con el Embajador Orlando ha resultado estéril. No hemos tenido el menor eco en las autoridades competentes. El Ministro de Ambiente está seguro que esos vertimientos no van a contaminar, lo que resulta contradictorio con su reitero planteo de un monitoreo. ¿Si no van a contaminar para que sirve el monitoreo? Con el Embajador Orlando nos preguntamos, si se efectúa el monitoreo y se verifica que efectivamente esas aguas producen un impacto ambiental severo, que se va a hacer para solucionar. Obviamente, habrá que parar el arrojar las aguas cloacales al Río pero adónde se las puede enviar en ese caso. Es claro que el vertimiento no se podrá parar de inmediato y la contaminación continuará quién sabe por cuánto tiempo. 

Dr. Edison González Lapeyre 

C.I. 662.864-2 

Ex Embajador y Catedrático de Derecho Internacional de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UDELAR, Profesor de Derecho Internacional Marítimo y Portuario de la Academia de Derecho Internacional de La Haya, Negociador del Tratado del Río de la Plata y del Estatuto del Río Uruguay. Autor de más de 200 publicaciones de su especialidad. 

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