El Dr. Sergio Abreu asumió funciones este viernes 22 de setiembre como Secretario General de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) cargo para el cual resultó reelecto de forma unánime el pasado 18 de agosto por el Consejo de Ministros de la Asociación.
Abreu de este modo inicia su segundo mandato al frente del mayor grupo latinoamericano de integración que integran 13 países y representa en su conjunto a más de 510 millones de habitantes en un área de 20 millones de kilómetros cuadrados. En el mes de febrero se procederá a la nominación de los dos subsecretarios del organismo que recaerán en representantes de Bolivia y de Argentina, según supo Portal Marítimo.
El acto se realizó en la sede de la Aladi en Montevideo (capital de Uruguay) en el marco de una Sesión Extraordinaria del Comité de Representantes, a la que asistieron representantes del Poder Ejecutivo del Uruguay, como la vicepresidenta Beatriz Argimón, el canciller, Francisco Bustillo y el ministro de Defensa, Javier García.
Además, concurrieron los expresidentes Julio María Sanguinetti y José Mujica, el expresidente del BID y hoy presidente de la Fundación Astur y Ciudadano Ilustre de América Latina, Enrique Iglesias. Asistieron también el Rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arim, representantes de los empresarios, de las fuerzas armadas, y diplomáticos de países acreditados como observadores ante la Aladi, como España, China y Rusia.
Los objetivos del periodo
En su discurso, Abreu se refirió a los objetivos que marcarán su gestión en los próximos tres años destacándose a la integración, el comercio y la inclusión social, género y comercio, infraestructura y logística, la facilitación del comercio y cooperación aduanera, la agenda digital y el fortalecimiento del sistema de apoyo para los países de menor desarrollo económico relativo.
“Estamos en un cambio de época, en una transformación significativa de la tecnología, de la economía y de lo sociocultural”, afirmó el excanciller uruguayo.
Agregó que los dos grandes desafíos que tiene hoy el mundo, el comercio y las economías, son la “productividad y la competitividad” y manifestó que la lucha es, también, “contra la obsolescencia”. “Lo obsoleto es todo aquello inadecuado a las circunstancias y que no se ajuste a las necesidades del momento”, puntualizó.
Abreu se refirió también a la “crisis del multilateralismo”, en particular, en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y afirmó que, en los últimos tiempos, fenómenos globales como la pandemia o el crimen organizado han golpeado al comercio mundial “con mucha dureza”.
En la Aladi, sostuvo, “nuestro desafío es el comercio” y “nuestro compromiso es con la integración”.
Aladi, 60 años
Abreu manifestó que en la Aladi “no hay cláusula democrática” como tampoco la hay en la OMC y, además, “la ideología no es bienvenida en ningún aspecto”. En materia de integración, recordó que “hace 60 años que se comenzó con la Aladi y, sin embargo, hoy nuestro porcentaje de comercio interregional es 12%”. “Ese 12% puede compararse con el 60% y más de la Unión Europea, 52% de Asia y por tanto todos estos años en la integración parecen haber tenido una expresión, no dramática, pero yo podría repetir una frase de un viejo amigo senador y ministro que decía: de alguna forma hemos fracasado con rotundo éxito”.
Por lo tanto, dijo, la Aladi, en tanto secretaría técnica, con capacidad de propuesta, “tiene responsabilidades y tiene que ajustarse a estos temas que son de la política internacional” siempre sin inmiscuirse en el ámbito político.
“Técnicamente, uno podría decir, sin inversión no hay comercio, sin comercio no hay empleo ni salario, y sin ninguno de estos dos, no hay paz social, en el continente más desigual del planeta como en la región, tenemos estos riesgos agravados entre otras cosas por los aspectos globales que están incidiendo sobre nuestro destino”, afirmó Abreu.
Por eso, indicó, “los instrumentos de la secretaría técnica tienen que ser modernos, activos y tienen que pasar a todos aquellos aspectos que pueden facilitar el comercio y se ponen a disposición de los nuevos aspectos del sistema de integración y del comercio internacional”.
Las pymes: “eje central”
Por otra parte, señaló que “más del 90% de la estructura productiva de la región corresponde a las micro pequeñas y medianas empresas” y, por esa razón, la Aladi toma como “eje central” a las pymes porque “la integración es inclusión social o si no, no es”. “Tenemos un desafío, técnico, y la secretaría general tiene que apoyar a las pymes sobre todo con la transformación digital, con la perspectiva de género”, indicó.
Por eso, agregó, “todo este esfuerzo que hemos hecho vinculado a la plataforma digital, a la convergencia normativa, y a los aranceles ya no son los instrumentos más efectivos de protección”. Para Abreu, la “multiplicación de las normas proteccionistas – algunas legítimas, pero otras que son obstáculos técnicos al comercio- han tenido resultado muy negativos incluso en la propia región”.
Afirmó que el objetivo de Aladi es “avanzar en la convergencia normativa en materia agrícola” donde, dijo, “tenemos un enorme debe” y agregó que “la modernidad del comercio nos está reclamando respuestas adecuadas no solo en la voluntad política sino en los instrumentos” para que los países y, sobre todo los empresarios, puedan disponer de herramientas para atender a los más debiles, a las mujeres de la América Latina,y a todos aquellos que piensan que se han perdido la oportunidad de vivir con dignidad”.
Observatorio logístico
En materia de infraestructura y la logística, señaló que Aladi diseñó un observatorio logístico con información al día de todos los aspectos de infraestructura que es la “clave de la competitividad”.
“Podemos hablar de integración, podemos cantar nuestros himnos, que es lógico, y hacer nuestros homenajes a nuestros héroes históricos, pero mientras todo eso sucede un camión no puede pasar tres días o dos en una frontera sin poder llevar su mercadería”, criticó. La competitividad, afirmó, implica también “transmitir al sector de los servicios y a los pequeños y medianos empresarios los reflejos de un comercio moderno, ágil y competitivo”. Manifestó que en la era digital “no es solo ir en la dirección correcta sino a la velocidad necesaria para no quedar en este camino de exclusión que nada tiene que ver con viejos aspectos de confrontaciones ya superadas”. Sobre el final, llamó a los países miembros de la Aladi a hacer el esfuerzo para “hacer de la integración la bandera de la inclusión social y un reflejo de la realidad más allá de las fricciones que a veces podemos tener”.
Aportes, reelección y familia
Al finalizar, recordó el esfuerzo que hacen los 62 funcionarios que integran la secretaría general de la Aladi y pidió a los países ponerse al día con los aportes porque, con ellos, “se respira”.
Sobre la reelección, dijo que se trata de un “desafío” personal pero también un “gusto” porque “el secreto de la vida no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace y eso es lo que a uno lo entusiasma”. Así que, resumió, “empezamos de vuelta, o seguimos de nuevo, con el mismo entusiasmo”. Por último, saludó a la “familia de la Aladi” y a su familia propia, que es, dijo, “contención y apoyo; es la que todavía mantiene hijos y nietos y a mi señora que desde el CTI me está viendo desde un celular y que, como yo le digo, la cometa remonta con viento en contra”.
¿Qué es la Aladi?
El Tratado de Montevideo 1980 (TM80), marco jurídico global constitutivo y regulador de ALADI, fue suscrito el 12 de agosto de 1980 estableciendo los siguientes principios generales: pluralismo en materia política y económica; convergencia progresiva de acciones parciales hacia la formación de un mercado común latinoamericano; flexibilidad; tratamientos diferenciales en base al nivel de desarrollo de los países miembros; y multiplicidad en las formas de concertación de instrumentos comerciales.
La ALADI propicia la creación de un área de preferencias económicas en la región, con el objetivo final de lograr un mercado común latinoamericano, mediante tres mecanismos:
– Una preferencia arancelaria regional que se aplica a productos originarios de los países miembros frente a los aranceles vigentes para terceros países.
– Acuerdos de alcance regional (comunes a la totalidad de los países miembros).
– Acuerdos de alcance parcial, con la participación de dos o más países del área.